La disponibilidad es el indicador más utilizado para
medir la gestión de mantenimiento
Actualmente podemos encontrar gran cantidad de empresas haciendo transición a nuevas tecnologías y metodologías cada vez más sostenibles; es por esto que hoy día ya no se habla únicamente del mantenimiento de manera correctiva, sino que también escuchamos del mantenimiento preventivo y predictivo.
El primero es el enfoque obligatorio que deben tener los grupos técnicos de corregir las fallas a medidas que éstas se van presentando. Es una actividad reactiva que se debe realizar y se convierte muchas veces en el día a día de la operación de los grupos de mantenimiento.
Sin embargo, los grupos técnicos deben ofrecer más valor a sus clientes internos minimizando esas fallas reactivas (o no planeadas), evitando que los equipos salgan de servicio y afecten la producción. De ahi que el mantenimiento preventivo, que se enfoca en prevenir fallos a través de la realización de tareas de afinación, ajuste y calibración de equipos periódicamente, se vuelva más importante en la operación de las empresas.
Por otro lado, el mantenimiento predictivo es una técnica adicional del mantenimiento preventivo: con información aumentada (ed. datos y algoritmos), el grupo técnico puede predecir los posibles fallos, y enfocar sus rutinas planeadas de mantenimiento en aquellos componentes que tienen una probabilidad más alta de presentar un fallo.
El mantenimiento predictivo es viable con la digitalización y el desarrollo de inteligencia de datos: la captura de datos y su interpretación en tiempo real se vuelve importante. Con la evaluación del comportamiento de estos datos y sus componentes por medio de tableros de control (gráficos de dispersión, histogramas y otros) es posible obtener recomendaciones y conclusiones de cuándo ejecutar las actividades de mantenimiento.
La gestión del mantenimiento, depende entonces de más datos, y la métrica reina de esta gestión es la disponibilidad:

La disponibilidad resulta de medir el tiempo total que la máquina debería estar disponible trabajando y quitarle todo el tiempo de averías así como los paros por mantenimiento planeados. Este valor permite cuantificar el estado de mantenimiento del equipo, por tanto resulta muy útil a la hora de evaluar la gestión del área de mantenimiento que es un proveedor de servicio para el área productiva.
Otro índice conocido como la “Fiabilidad” también es de suma importancia en la gestión del mantenimiento. Este resulta de medir la frecuencia en la que se presentan las fallas, siendo el cociente del tiempo total operado por las fallas presentandas. En cuestión de métricas, esta fiabilidad se puede medir con el indicador del Mean Time Between Failures (MTBF) conocido como el tiempo medio entre fallas:

Su contraparte es el Mean Time To Repair (MTTR) o tiempo medio de reparación, que da una indicación de lo rápido (o lento) que se han recuperado los fallos cuando éstos se presentan. El tiempo medio de puesta en marcha es conocido como el tiempo promedio que toma llevar a cabo la reparación y poner nuevamente en marcha el equipo.

El gerente de mantenimiento por lo tanto busca disminuir este MTTR así como aumentar el MTBF.
Podemos concluir que es de vital importancia llevar a cabo las anteriores mediciones y de esta manera poder reducir los tiempos de paro y su frecuencia, aumentar la fiabilidad del equipo, por ende minimizar la pérdida de disponibilidad, y a su vez realizar una planeación teniendo como meta la mayor utilización posible.
A propósito, sabes cuantificar esos puntos porcentuales de disponibilidad que se pierden? Leénos en este blog para entender cómo: ¿Cuánto vale una mejora del 2% en la disponibilidad de sus máquinas?